Esposo y Esposa = UNA sola carne

Por Henry Méndez

Las estadísticas con respecto a los matrimonios cada vez son más alarmantes. Como educador he conocido estudiantes que llegaron un día emocionados a contarme que en los próximos días iban a contraer matrimonio solamente para enterarme que un año o menos después ya se habían divorciado. El ataque a la relación matrimonial es feroz y podemos verlo por todas partes. La sierva del Señor escribió  acertadamente lo siguiente: “Hizo Satanás [en la época antediluviana] un premeditado esfuerzo para corromper la institución del matrimonio, debilitar sus obligaciones, y disminuir su santidad; pues no hay forma más segura de borrar la imagen de Dios en el hombre, y abrir la puerta a la desgracia y al vicio.” El Hogar Cristiano, p.295.

Hogares destruidos es sinónimo de una sociedad destruida, centros educativos destruidos y un mundo destruido. Basta con ver media hora de noticias para darnos cuenta de la violencia y corrupción que impera en nuestro mundo actual. El concepto de familia se degrada cada día más y como consecuencia tenemos un mundo que se dirige en la misma dirección.

La Palabra de Dios nos dice en el libro de Génesis que el concepto de matrimonio proviene directamente del Creador de todas las cosas. Dios es perfecto y por lo tanto el matrimonio debe tener abundantes bendiciones para todos los que conforman un hogar. El Gran Creador, sin embargo, dio principios básicos que gobernarían esta santa institución y que la preservaría de las acechanzas del enemigo.

Veamos uno de los primeros principios que se encuentra en el libro de Génesis, capítulo 2 y el versículo 24: “Por tanto, dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su esposa, y serán una sola carne.” ¿Quiénes serían una SOLA CARNE de acuerdo a este texto? Correcto, el hombre y la esposa. Vamos a entender un poco el orden jerárquico de las cosas según nuestro Creador. ¿Quién está sobre todas las cosas creadas y debemos obedecerle antes que a los hombres? Así es: Jehová. Analicemos ahora, el concepto acá en la tierra. Si tu pareja es lo único que las Escrituras dice que es UNA sola carne contigo, ¿a quién crees que debes amas más que a nadie acá en este planeta? Correcto, a tu pareja.

¿Saben cuál es el problema que existe actualmente en los matrimonios? Que son una sola carne: la mamá y los hijos, el papá y los hijos, la esposa y su mamá o el esposo y su mamá, la esposa y sus amigas o el esposo y sus amigos, la esposa y la vecina o el esposo y el vecino y un montón más que ustedes conocen. ¿Significa esto que debo poner a mi pareja incluso por encima de mis hijos? CORRECTO, así es. Miremos lo que dicen las Escrituras: “Cuando alguno tuviere hijo contumaz y rebelde, que no obedeciere a la voz de su padre ni a la voz de su madre, y habiéndolo castigado, no les obedeciere; entonces su padre y su madre lo tomarán, y lo sacarán a los ancianos de su ciudad, y a la puerta de su ciudad; y dirán a los ancianos de la ciudad: Este nuestro hijo es contumaz y rebelde, no obedece a nuestra voz; es glotón y borracho. Entonces todos los hombres de su ciudad lo apedrearán con piedras, y morirá; así quitarás el mal de en medio de ti; y todo Israel oirá, y temerá.” Deuteronomio 21:18-21

¿Sabe por qué se hacía esto? Porque un hijo así ponía en riesgo la relación del esposo y la esposa. Voy a seguir escribiendo más sobre el tema en las próximas reflexiones. Quiero, sin embargo, antes de terminar preguntarte: ¿Con quién es usted una sola carne? ¿Con tus amigos, tus vecinos, tus padres, tus hijos O TU PAREJA? Que el único Dios verdadero te ayude en tu matrimonio y que sea una bendición para el mundo.